Desde que un hombre empieza a preocuparse por su cabello y buscar en Internet formas de combatir su caída, finasteride o finasterida comienzan a formar parte de su vocabulario. Tal vez estemos hablando de la pastilla más famosa luego del viagra y la del día siguiente, siendo considerada la piedra angular en la lucha contra la alopecia.
Si el dermatólogo te diagnostica alopecia androgénica o calvicie común, da por hecho que te recetará finasteride. No obstante, antes de someterte a estos comprimidos debes saber lo siguiente:
1- Es un tratamiento de por vida
Igual que el minoxidil, finasteride debe ser consumido hasta que el señor de los cielos te llame a su presencia. Hablamos de una pastilla diaria toda la semana, todos los meses, todos los años, toda tu vida. Si eres de los que olvidan tomar sus pastillas cuando se enferman, probablemente tendrás muchos problemas disciplinarios en el consumo de finasteride. Buena suerte.
2- Lo más probable es que solo te funcione un tiempo y hasta cierto punto
La mayoría de consumidores que siguen este tratamiento, o por lo menos los que se toman la molestia de documentarlo a lo largo del tiempo, registran que a los dos años se alcanza el máximo nivel de recuperación capilar. Es decir, si empezaste a tomar finasteride cuando ya perdiste un 70% de tu pelo, entonces la pastilla te hará pasar de "casi calvo" a "precalvo". Ni sueñes con recuperar tu melena.
Por otro lado, lo más frustrante de estos tratamientos, en especial cuando te funcionan de maravilla, es que suelen tener fecha de caducidad a corto o mediano plazo. Una gran parte de pacientes cuenta que luego de algún tiempo (pueden ser dos, tres, o cinco años) la pastilla deja de tener efecto y la alopecia vuelve a atacar con notoriedad, casi como si no se estuviese consumiendo nada. Y claro, también están los que llevan diez años disfrutando de buen pelo gracias a la medicación.
3- Puede tener efectos secundarios muy graves
Quien se haya tomado la molestia de averiguar más sobre esta pastilla, de seguro escuchó sobre ciertos posibles "problemillas": disfunción erectil, depresión o hasta incluso ginecomastia. En efecto, estos son inconvenientes que solo afectarían a una pequeña minoría, eso según las estadísticas oficiales hechas por las propias farmaceúticas.
Si eres de los desgraciados que pasa por estos problemas, te puedes despedir de ellos (y de tu pelo también) suspendiendo el tratamiento. Pero antes es recomendable que visites a un médico para asegurarte de que no estás pasando por una sugestión.
4- No es cosa de juego, es un tratamiento hormonal
Muchos de quienes deciden no usar finasterida, a pesar de que eso signifique seguir perdiendo pelo, argumentan que jugar con el equilibrio hormonal natural de sus cuerpos puede traer consecuencias negativas en el futuro. Y si pensamos en lo que algunos usuarios cuentan en foros, les podemos dar la razón en gran manera.
La DHT afecta el crecimiento normal y sano del cabello, pero en sí no representa mayores problemas para el cuerpo humano más allá de la estética capilar. Por tanto, influir de forma artificial en nuestros propios químicos internos puede ser un juego peligroso, ¿verdad? En fin, eso solo puedes sopesarlo tú según que tanto te preocupe el pelo, qué tanto navegues en foros sobre recuperar pelo y qué tan afortunado te consideres para no entrar en esa minoría que sufre problemas después.
5- Piensa en el temido braing fog
El braing fog es el efecto más temido del finasteride y supuestamente solo le ocurre a una pequeña minoría. Siendo concretos, este término se refiere a cuadros de atontamiento, ansiedad, irritabilidad y atención dispersa que afectan seriamente la calidad de la concentración y vida en general. En Internet es usual encontrarse con usuarios denunciando estos terribles síntomas.
Los defensores del finasteride argumentan que, aunque no se puede negar la existencia de consumidores desafortunados que pasan por este efecto, estas víctimas generan una falsa percepción en torno a la pastilla que solo produce alarmismo. Y bueno, no se puede negar que su lógica tiene sentido a pesar de ser cuestionable.
Básicamente, dicen que los millones de consumidores de finasteride que experimentan buenos resultados, no sienten la necesidad de estar presumiendo y creando hilos sobre su pelo o sobre lo normal que marcha su vida diaria. Son solo los que tuvieron mala suerte quienes se vuelven compulsivos escribiendo en foros sobre lo mal que les fue y que, según ellos, le irá a los demás con el tratamiento.
Como fuere, eso del brain fog no suena nada bien. En cualquier caso, se supone que el problema desparece suspendiendo el tratamiento.
6- No todas las marcas traen los mismos resultados
Como sucede con cualquier medicamento, existen muchas marcas de finasteride en el mercado. Las más famosas son Propecia, Proscar y Folcres. Cada una tiene muchos clientes, pero es común leer en los foros experiencias bastante dispares. Mientras que a unos les funcionaba mejor una marca, al momento de probar con otra, todos los buenos frutos se venieron abajo. ¿Por qué ocurre tal cosa?
Todas las marcas usan los mismos compuestos en sus productos, sino dejaríamos de hablar de finasteride y pasaríamos a hablar de un derivado o alguna otra cosa. Sin embargo, sucede que cada marca tiene sus propios incipientes y no todos los organismos son iguales. El cuerpo de una persona puede ser muy receptivo ante los incipientes de determinada marca, pero no así con los de otra.
¿Cómo saber cuál marca te conviene? Pues por desgracia solo queda probar. Dicho todo esto, ya sabes todo lo que necesitas tener en la cabeza antes de tomar una decisión sobre el tratamiento.
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