Sí, no importa si no tienes ningún patrón de calvicie entre tus ancestros. Da igual que seas hombre o mujer, que tus folículos capilares sean inmunes a la DHT, que seas vegano, que te eches un litro de minoxidil o te comas diez pastillas de finasterida al día. La vida te hará perder pelo de cualquier forma. Los años no pasan en vano y, así como la edad se nota en las arrugas, también se nota en la densidad capilar y no solo en las canas.
Vale, si no tienes antecedentes alopécicos, puede que jamás llegues a ser calvo, pero estarás condenado a tener un cabello ralo en determinado momento de tu vida adulta, con mucha mayor probabilidad en tu vejez. Tu cuero cabelludo será visible a la vista desde varios puntos y no hay ninguna hormona que tenga la culpa de ello, sino que es parte de la vida misma.
Por supuesto, esto no significa que dé igual perder pelo de viejo que ser medianamente joven y ya padecer alopecia androgenética. Nadie niega que lo segundo es mucho peor, porque mientras el envejecimiento te hace perder densidad capilar de forma progresiva a lo largo de varias décadas, la alopecia te va quitando buena parte del pelo en pocos años, en mayor o menor medida dependiendo de la sensibilidad a los andrógenos.
No obstante, lo que este texto trata de decir es que de todas maneras debes aceptar la idea de que el pelo solo lo tienes prestado, por decirlo de algún modo. No siempre serás el melenudo que ahora eres, o que fuiste si has sido condenado con el AGA y ya vienes perdiendo mucha densidad. Todo tu cabello o gran parte de él se caerá para no volver, sin importar lo que hagas.
¿Eso quiere decir que es mejor dejar que las cosas pasen? Claro que no, si sospechas que tienes alopecia hereditaria, consúltalo con un dermatólogo para que diagnostique. Si sientes que tienes menos densidad que hace algunos años, igual anda a dicho especialista para ver qué te dice. Nadie habla de resignación.
Aliméntate bien, haz deporte y cualquier cosa que pueda cuidar tu pelo, porque de una u otra forma, por más mínima que sea, ayudará. Sin embargo, es importante que de forma parelela aprendas a no aferrarte a tus rizos porque no siempre estarán ahí con la misma fuerza ni color. ¿Acaso alguna vez has visto señores de 40, 50 o más con cabelleras de quinceañeros?, ¿cuándo fue la última vez que viste a una cincuentona con el cabello de un caramelito de 18 años?
De lo anterior anterior se desprende que, mientras mayor seas, menos debe acomplejarte perder cabello. Desde cierto punto de vista, si amas mucho tenerlo, lo que sí te debería acomplejar es carecer de la solvencia económica para recurrir a un implante o una prótesis capilar en tu madurez.
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